94 – Agredieron al Gobernador Felipe Sapag

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Agredieron al Gobernador Felipe Sapag

En el marco de una manifestación tumultuosa de obreros huelguistas de la construcción (acompañados por mujeres y menores de edad) que se llevó a cabo en horas del mediodía de ayer, frente a la casa de gobierno, el Gobernador Felipe Sapag fue agredido de palabra y de hechos porque, a pesar del verdadero vallado humano que le formaron funcionarios y empleados provinciales para protegerlo, algunos manotazos aislados alcanzaron a rozar al mandatario.

 Todo comenzó cuando la asamblea de los huelguistas, prevista para las 10 a efectos de analizar las medidas a seguir respecto de la medida de fuerza, no se realizó y derivó en una marcha hacia el asiento del gobierno neuquino. Integraban la movilización aproximadamente 1.000 personas, entre trabajadores, mujeres y niños, muchos de ellos con guardapolvos escolares.

 Primero la columna tomó por Avenida Argentina hacia la Catedral, donde 11 personas están llevando a cabo una huelga de hambre. Hizo una breve parada allí, retomó por el carril opuesto de la avenida y, tras un nuevo impasse junto al monumento a San Martín, donde al parecer unos querían hacer la asamblea y otros no, encaró la calle Roca rumbo a la gobernación, ubicándose frente al acceso principal de calle Rioja.

 Los manifestantes, portando carteles y pancartas, exigieron entonces a gritos la presencia de Sapag. Como no vieron satisfecha esa inquietud, instalaron en el sector una olla popular y, paralelamente, varios grupos se instalaron en todos los accesos de la gobernación, sitiando prácticamente el asiento del Ejecutivo. Obviamente, el objetivo era interceptar al Gobernador cuando saliera.

 La presencia policial era reducida, limitándose sólo a ordenar el tránsito.

 Los huelguistas se habían adueñado ya de la zona y entre ellos estaban los dirigentes Evaristo Selesky y Juan Yañez.

 Sapag salió exactamente a las 13.25 por la puerta de calle Rioja, acompañado por el Vicegobernador Horacio Forni, los Ministros Pedro Salvatori y Aldo Robiglio; los fun­cionarios Balda, Radichi, Castillo; sus hijos Luis y Silvia Sapag y contados empleados, más un policía uniformado y otro de civil, porque el mandatario no se moviliza con custodia, en especial cuando deja momentáneamente la gobernación para dirigirse a su domicilio de calle Belgrano (sito a pocas cuadras de allí) al finalizar la actividad matutina.

 Fue en ese momento en que se precipitaron los acontecimientos. Sapag fue agredido con epítetos e insultos irreproducibles, que se mezclaban con los gritos reclamando diversas soluciones. Manotazos aislados llegaron incluso a tocarlo, aunque casi todos lograron ser neutralizados por quienes lo protegían.

 «Yo no puedo hacer más nada, no están en mis manos las soluciones, deben comprenderlo…», se escuchó decir al mandatario en un momento dado. Escenas de pugilato fueron protagonizadas entre los que acosaban al Gobernador y quienes lo estaban prote­giendo. Luis Sapag, Horacio Forni, y Oscar Radichi, entre otros, repelieron los puñetazos lanzados por los manifestantes. Silvia Sapag sufrió una agresión y un funcionario de Economía resultó lesionado en este insólito y bochornoso suceso.

 Sapag, en tanto, caminó hasta la calle Belgrano para ascender a su vehículo oficial. No pudo hacerlo por la presión de la masa; siguió caminando siempre rodeado y en medio de un clima sumamente tensionado hasta la calle Salta, bajó por esa arteria hasta Roca en su intersección con Santiago del Estero y recién allí, a duras penas, le hicieron un claro y ascendió al automóvil. Tampoco ahora descendió la presión de la gente, que impedía la partida, golpeando duramente la carrocería, dejando abolladuras y vestigios de puntapiés en el capot, techo y la parte posterior del rodado.

 Acelerada del conductor mediante, se abrió la gente y el vehículo en primera a fondo superó la movilización alejándose de la convulsionada área.

 Atrás quedaron los bombos, los tamboriles, los insultos, los forcejeos, las trompadas, el ya tradicional «el pueblo unido jamás será vencido», la manifestación, Yañez, Selesky, el grito y la violencia.

 Escaramuzas varias se registraron a posteriori de la partida de Sapag. Los movilizados continuaron apostados varios minutos en adyacencias de la gobernación y luego se replegaron hacia el acantonamiento de Avenida Argentina. Recién entonces el grueso del personal de la Casa de Gobierno comenzó a retirarse, luego de la diaria labor. Muchos, con rostros preocupados y algunos -especialmente las mujeres- con muestras de evidente temor.

 A las 14,30, sólo quedaban vestigios de lo acontecido. Un sector chamuscado de césped frente a la ventana del despacho de Sapag, donde se calentó la olla popular, era mudo testigo de un hecho sin precedentes en la provincia.

Informe oficial de los hechos

 La Dirección de Prensa y Difusión de la gobernación emitió un informe respecto de los hechos sucedidos ayer:

 El gobierno de la provincia del Neuquén, más convencido que nunca de que la única solución es el imperio total de la democracia, lamenta profundamente los hechos ocurridos en el mediodía de hoy (por ayer) en oportunidad de retirarse de sus tareas y en el horario que lo hace habitualmente el Gobernador de la provincia don Felipe Sapag.

 Aproximadamente desde las 10 de la mañana, obreros de la construcción y familiares de los mismos, que se hallan cumpliendo una huelga por tiempo indeterminado, se instalaron frente a la puerta de acceso a la Casa de Gobierno, en ruidosa manifestación, siendo constantemente arengados por dirigentes sindicales entre los que se reconoce a Juan Yañez y Evaristo Selesky y exigiendo en desafiante y agraviante actitud la presencia del mandatario provincial.

 Además y en incomprensible medida a la que se puede calificar de sediciosa, pusieron prácticamente sitio a la Casa de Gobierno, controlando todas sus entradas.

 El Gobernador cumplió con su tarea habitual, como así también con las audiencias que se habían agendado para el día, retirándose alrededor de las 13,30.

 Ante el giro de los acontecimientos que se presentaban como de consecuencias imprevisibles, el señor Felipe Sapag salió acompañado de funcionarios y familiares por el acceso habitual que da a calle La Rioja y, desde el mismo momento de comenzar a transitar la vía pública, fue agredido de palabra y de hecho como así también algunos de sus acompañantes.

 Impedido el mandatario de ascender al vehículo oficial que normalmente lo trasporta a su domicilio particular, transitó a pie, siempre en compañía de funcionarios y familiares por la calle Belgrano en dirección a Salta, siendo objeto en esos momentos de insultos de grueso calibre e intentos de agresión que fueron sistemáticamente neutralizados por quienes acompañaban en ese periplo al Gobernador.

 Diario Rio Negro, 13 de noviembre de 1.984

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