69 - Cerro Chapelco


Cerro Chapelco

Antecedentes

 Los antecedentes de la historia de Chapelco «arbusto de agua» se remontan a 1946. Con anterioridad, en 1945, los primeros deslizamientos en esquíes fueron realizados por un grupo de entusiastas residentes de San Martín de los Andes, que en esa época tenía dos mil habitantes. Los precursores, capitaneados por Federico Graeff, tenían por escenario la cuesta de O’Grady, las laderas un poco más alejadas de Pil Pil o las de Curruhuinca.

 Gradualmente y dado el incremento de esquiadores, las pistas irremediablemente resultaron chicas, con escasas posibilidades de desarrollo. Se impuso entonces la búsqueda de un lugar más adecuado.

Reconocimiento y primer refugio

 Era el verano de 1946, cuando por consejo de Federico Graeff, alma mater de los avances logrados, un grupo de socios del Club Lácar, fundado ese mismo año, se consagró a la realización de un fatigoso reconocimiento del cerro Chapelco. Los pioneros fueron Francisco «Quico» Leotta, Juan Vera, Willy Hassler, Lotti y Manolo Gómez. Un año después se inició la construcción del refugio Federico Graeff, en la cota 1730. Con esfuerzo y sacrificio, los materiales y elementos fueron transportados en mochilas o a hombro.

 El 1° de Mayo de 1948, se inauguró el refugio, un lugar protegido para reunirse, reponer fuerzas y compartir buenos momentos entre amigos y familiares. Con ello se pudo llegar al cerro los viernes a última hora, a veces ya de noche, y regresar a San Martín los domingos a media tarde.

El primer profesor

 En el invierno del 48 se contrató al sueco Olav Lungrin, a quien ayudaba Emilio Méndez, lo que dio origen a la primera escuela de esquí. Parques Nacionales se hizo cargo del pago de los sueldos y de los equipos de esquí, pero esta colaboración cesó un año después cuando sus autoridades se dieron cuenta de que Chapelco estaba fuera de su jurisdicción. Este contratiempo se debió salvar, ya que hubo que fabricar bastones de esquí. La primera tabla se realizó en madera de lenga, y algunas más sofisticadas, en fresno. Los bastones eran de caña colihue y los herrajes de chapa y cuero. El paso de Olav Lungrin fue breve y lo reemplazó Emilio Méndez. En esa época se esquiaba en toda la zona del filo, ascendiendo a pie, con final de pista en el refugio.

Nace Villa Mahuida y la primera pista

 La visión de Federico Graeff determinó que el futuro del cerro estaba en la cota más baja. El sitio de reunión fue una enorme lenga que la llamaron «El palo blanco», que estaba

En 1953, se inició la construcción de Villa Mahuida, actualmente el refugio de la Asociación Deportiva y Cultural Lácar. Con esta nueva realización fue necesario limpiar el bosque. Esta franja abierta es hoy la pista N° 2.

 Hoy es regocijante subir a un auto y recorrer la ruta para llegar al cerro sin más esfuerzo que el de conducir. En aquellos años se subía a pie, hasta que, en 1956, el Jeep de la municipalidad inició esporádicas subidas. Todo era una verdadera aventura. El año 1959 fue clave, ya que la provincia del Neuquén facilitó en calidad de préstamo un Ford canadiense, de doble tracción, que simpáticamente obtuvo el mote de «La chancha», vehículo de gran capacidad y seguridad.

 Alrededor de 1961, el camino al cerro se hizo realidad. Fue el año en que hubo que devolverle La Chancha a la provincia. Como ya tenían el camino, los pioneros intranquilos quisieron contar con la instalación de medios de elevación. En el año 1965 la municipalidad colocó una telesilla y un telesquí.

 La aerosilla arrancaba en «Palo Blanco» y llegaba hasta donde hoy está el refugio El Rancho de Manolo, desde allí y hasta el falso claro, subía el Skylifts. Un Snow Track vino a colmar todas las expectativas y era tripulado por Zansana Eierman quien, alguna vez, casi logra realizar lo que es imposible con este aparato: volcarlo.

Nace el rancho Manolo

 Los adelantos y la concurrencia de esquiadores hicieron necesaria la instalación de algún restaurante o casa de comidas más organizada. Fue Manolo Gómez el primero en construir el suyo que, posteriormente, pasó a manos de Sol Jet.

 Chapelco había alcanzado un aceptable grado de desarrollo. En 1962, se realizó la primera fiesta de la nieve con baile en el hoy casi desaparecido hotel Lácar, con elección de reina y princesas. La ayuda de la provincia y de las autoridades de turismo fue fundamental en todo momento y permitió una realidad que en 1973 iba a modificarse, cuando se interesó a Lagos del Sur (Sol Jet) para la explotación y desarrollo de Chapelco.

El despegue

 A partir de 1974, Lagos del Sur comenzó a trabajar en lo que luego sería cerro Chapelco. Instaló la aerosilla doble, comenzaron a operar vuelos charter directos de Buenos Aires al aeropuerto Chapelco. Se instalaron las telecabinas, se pusieron ocho medios de elevación, se construyeron la confitería de la base y el edificio de servicios auxiliares y, más recientemente, se construyó la Antu Lauquén -Lago del sol-, confitería instalada al final de las telecabinas.

 Diario Sur Argentino, 30 de marzo de 1975