Golpe militar
El Presidente de la nación don Arturo Frondizi fue derrocado y detenido por comandos militares. Luego de una confusa negociación, asumió la primera magistratura el doctor Guido, Presidente del Senado.
El nuevo gobierno, mediante decreto 3657/62, anuló las elecciones generales del 18 de marzo, intervino militarmente a todas las provincias e impidió asumir a las nuevas autoridades elegidas por el pueblo.
En Neuquén, el gobernador electo, Felipe Sapag, difundió una carta abierta dirigida al Interventor federal general Osiris Villegas, cuyo tenor era el siguiente:
Cutral Có, abril 26 de 1962.
Señor Interventor nacional de la provincia del Neuquén
General don Osiris Villegas
Neuquén
En el día de ayer, por los diarios me informé que usted suplantaría, por disposición del Gobierno nacional de «facto», a las autoridades legítimas que el pueblo eligió libremente, con la custodia de las fuerzas armadas, el 18 de marzo pasado y en la que me tocó el alto honor de ser elegido Gobernador de la provincia del Neuquén, por la inmensa mayoría.
Al par de la protesta por el avasallamiento de la autonomía provincial, solamente auspiciada por los que quieren cubrir sus negociados, y ante el agravio al pueblo y a la soberanía provincial por los que tienen el poder y la fuerza, le expreso que agotaremos todas las instancias para hacer valer los derechos del pronunciamiento popular y asumir el gobierno y la responsabilidad delegada por un pueblo que sabrá morir de pie antes que vivir de rodillas.
Hoy, por decreto emanado de la intervención que usted ejerce, se ha dispuesto la clausura y allanamiento de los locales del Movimiento Popular Neuquino, entidad cívica provincial, jurídicamente encuadrada en la Constitución y leyes, con personería política nacional y provincial, que triunfó en las últimas elecciones plebiscitariamente con un programa que defendía los derechos de los trabajadores y con candidatos que responden a las esperanzas e inquietudes del pueblo neuquino, que dentro de una clara posición humanista y cristiana, anhelan la pacificación nacional, el reencuentro de todos los argentinos, el restablecimiento de disposiciones que defienden la economía y soberanía de la patria.
La angustiada preocupación que estas medidas han provocado en el pueblo, me mueve a informarle sobre la triste experiencia que tenemos de otras disposiciones militares:
1° La intervención militar al sindicato SUPE en 1955 encarceló, dio de baja y eliminó a todos los dirigentes gremiales de extracción popular nacional y dejó en su lugar, con el auspicio y apoyo de los interventores militares, a activos dirigentes extremistas.
2° Esos mismos agentes provocaron al poco tiempo agitación y huelgas que motivaron la intervención del ejército el cual, con una actuación violenta contra los obreros y sus familiares, creó un ambiente de resentimiento hacia las fuerzas armadas. Esto era precisamente el objeto de los que, por ironía, fueron impuestos por militares para suplantar a los dirigentes nacionales.
3° Las disposiciones leguleyas y de hipocresía política que impiden ejercer el legítimo mandato del pueblo y la clausura y destrozo de los locales del Movimiento Popular Neuquino cierran la última esperanza de canalizar por los cauces nacionales a sectores populares que, resentidos, quedan inermes e indefensos para ser captados por la acción de los que actúan enmascarados en dirección de otros partidos políticos.
Por ello, en nombre de los que aun incomprendidos hemos luchado denodadamente contra ese avance, hoy ante esa insensibilidad declaro:
Que responsabilizo del incierto futuro a las fuerzas armadas, porque a algunos de sus jefes se les eriza la epidermis pensando que tienen que convivir y compartir el gobierno con sectores populares, pero ignoran que mañana lamentarán no haber sabido hacer respetar la voluntad soberana del pueblo que, con vocación patriótica, solamente reclama una patria libre, justa y soberana.
Espero señor general que las fuerzas armadas sepan, con actitud viril y sanmartiniana, tomar las medidas que defienden la soberanía de la patria y el respeto de la voluntad popular, para lograr el reencuentro tan ansiado con el pueblo que quiere, de verdad, seguir admirándolas como custodia de la patria, de sus tradiciones, sus leyes y su Constitución.
En esa esperanza lo saludo con atenta consideración.
Felipe Sapag
Gobernador electo de la provincia del Neuquén.