119 – Parque Central: Uno de los pocos en la Argentina

image_pdfimage_print

Parque Central: Uno de los pocos en la Argentina

 

Después de la inauguración de las primeras obras, el Parque Central empezó a tener vida propia. Las obras comprenden los espacios deportivos, la plaza cívica, los espacios verdes construidos paralelamente a la calle Sarmiento y el ensanchamiento de las avenidas Sarmiento, Olascoaga y San Martín.

 Según las palabras del arquitecto Ramón Martínez Guarino, también director del proyecto de expansión y mejoramiento de la enseñanza técnico agropecuaria (EMETA), esta obra presenta grandes diferencias con respecto a otras, no sólo por su configuración espacial, sino también por la modalidad de ejecución y el grado de participación de los diferentes protagonistas.

 Y hablando del espíritu de colaboración y entusiasmo que se creó en torno a esta obra, Martínez Guarino hizo referencia a la mística del parque. La construcción de un parque de esta magnitud, dijo, tiene pocos antecedentes en Argentina y en otros países. La relación con el ferrocarril durante más de ochenta años fue por momentos conflictiva porque las vías partían la ciudad por el medio. Después, sin embargo, resultó un hecho positivo porque dio lugar a una reserva urbana muy valiosa que permitió crear un parque con estas características. Con relación a la vieja antinomia del alto y el bajo, Martínez Guarino afirmó que ésta constituye una importante obra que unifica la ciudad, ordena el tránsito y elimina una serie de obstáculos que hacían del cruce de la vía un elemento inarmónico de la ciudad. En este sentido, el ensanchamiento de la avenida Olascoaga se convierte en un verdadero eje que permite que Neuquén adquiera una continuidad de las bardas al río. En el punto central, se produce una cruz donde los espacios verdes de la avenida se amplían en una área abundante.

Espacios deportivos

 Fueron inaugurados una serie de playones polideportivos diurnos y nocturnos que posibilitarán el acceso al deporte en una comunidad que carece de espacios de esta naturaleza. Están diseñados para la práctica de casi todos los deportes y su uso es totalmente abierto y flexible.

La plaza cívica

 Este espacio ha sido diseñado especialmente para la realización de manifestaciones gremiales, artísticas, y políticas. Constituye una respuesta urbanística al sistema demo­crático. Como parte del equipamiento del área centro y sobre todo teniendo en cuenta la falta de playas de estacionamiento, serán habilitadas dos, una con acceso y salida por la avenida Olascoaga y otra por la calle Misiones. En esta zona también se instalará un lago artificial que cumplirá una doble función. Por un lado funcionará como espejo de agua enmarcado dentro de los espacios verdes y, por otro, como cisterna para el riego de las plantas del parque.

  

Espacios verdes

 El paseo sobre la calle Sarmiento incluye una avenida de 400 metros, bordeada por canteros y asientos. Presenta pequeños bolsones con espacios verdes a diferencia del otro paseo ubicado sobre la zona norte que tiene caminos sinuosos construidos entre los espacios verdes. Este parque supone, además, que la comunidad, a medida que lo use, le incorpore nuevos elementos. Se trata, de una cultura urbana mediante la cual los habitantes y la ciudad se relacionan a través de un espacio dedicado al deporte, el esparcimiento, la recreación y la cultura.

El cambio de un lugar poblado de recuerdos

 En septiembre de 1986 un predio baldío, lleno de escombros y ratas, era el límite que, cruzado por las vías, dividía la ciudad en los tradicionales alto y bajo. La diferencia entre las dos zonas había surgido en junio de 1899, cuando los rieles cruzaron el río Neuquén. Así, junto con la llegada del ferrocarril, se instaló la colonia ferroviaria y con ella las vías, la estación, la playa de maniobras, los galpones y las viviendas para el personal.

 Fue todo un acontecimiento para el en ese entonces pueblo de Neuquén. El paso del tren no constituyó en esos años un inconveniente. Sin embargo, las épocas cambiaron, la ciudad empezó a crecer y las vías comenzaron a funcionar como el punto de referencia cuando se trataba de ir al alto o al bajo.

 El problema comenzó a preocupar a partir de 1960. Se formó entonces una comisión que estudiaría la división de la ciudad y propondría soluciones. Las negociaciones que se iniciaron ese año culminaron con la firma de un convenio entre Ferrocarriles Argentinos y el gobierno provincial. Como consecuencia de ese convenio, la provincia construyó una playa de maniobras, galpones y viviendas para el personal de ferrocarril en las afueras de la ciudad. La inversión fue de 13 millones de dólares y se estableció en Colonia Valentina. El resultado inmediato fue mayor intercomunicación entre el alto y el bajo. Desaparecieron las maniobras y las barreras sólo se bajan cuando pasa el tren.

 Así llegamos al 11 de septiembre de 1986. Ese día, la Subsecretaría de Estado de Obras Públicas (SEOSP) inició los trabajos de limpieza. El proyecto del parque central incluía la construcción de espacios verdes, juegos infantiles y la recuperación de los edificios históricos. En él trabajaron, además de la SEOSP, el Municipio y la Subsecretaría de Cultura y de Juventud y Deportes. En esa primera etapa, las obras consistieron en la remodelación del antiguo galpón de máquinas que, a partir de ese momento, fue declarado museo histórico y de artes plásticas. También fue reconstruido el viejo tanque de agua.

 Además, el lugar fue dotado de un anfiteatro con una capacidad para 350 personas; para esta obra se aprovechó el pozo circular que servía para girar en 180 grados las locomotoras.

 Se construyeron en esta etapa los espacios recreativos, compuestos por juegos infantiles, y pistas de patín, triciclos y bicicletas. Los trabajos incluyeron, además, el ensanchamiento de la calle San Martín.

 Los actos de inauguración de las obras se realizaron en diciembre del año pasado. El broche de oro lo marcó la participación de la gente en un gran baile popular al que asistieron más de 20 mil personas. De esta manera se terminó con la primera etapa. Después vino el gran sí de la comunidad cuando demostró la necesidad de contar con espacios libres y verdes dentro de la ciudad.

 El Diario, 4 diciembre de 1986.

Deja un comentario